El australiano Pater
Weir sorprendió de nuevo al mundo en el año 1998. El autor de Único
testigo y El club de los poetas
muertos parecía adelantarse a su época en cuanto a
la crítica social que hace en su película: El Show
de Truman pronosticaba la llegada de un nuevo tipo de televisión denominado “telerrealidad”.
Una
vida en directo
El inocente Truman
Burbank es un hombre corriente que vive en una modesta ciudad costera. Es trabajador, algo ingenuo y está felizmente casado con su esposa. Pero además, es la estrella del programa de
mayor audiencia de la televisión, El Show
de Truman, el único inconveniente es que él no lo sabe. En realidad su
ciudad es el plató más grande jamás realizado y su mujer, sus amigos y sus
familiares no son más que actores que siguen las órdenes del director del
programa. Su vida no es más que un reality
show retransmitido en directo por todo el país. Sin embargo, poco a
poco Truman se irá dando cuenta de la verdad.
Un
Jim Carrey serio
Si hoy día resulta poco
convencional ver a Jim Carrey en un papel serio, en 1998 aún menos. El actor
canadiense gozaba de gran popularidad gracias a sus papeles en filmes como La Máscara, Ace Ventura y su secuela o Dos
tontos muy tontos. Carrey no era sólo sinónimo de comedia, sino de comedia
estrafalaria. Peter Weir pareció ver más en él, y recordar aquel
papel que Coppola le brindó en Peggie Sue se casó. Carrey da vida al encantador
Truman Burbank y su interpretación le valió su primer Globo
de Oro al mejor actor y el aplauso de crítica y público, que más tarde le
abrirían las puertas a posteriores papeles serios como los de Olvídate de mí o Man on the moon.
Ed Harris interpreta a Christof, el frío creador del programa de televisión The Truman Show, a quien no le importa
poner en peligro la vida de su protagonista para mantener sus índices de audiencia.
También figuran en el reparto las actrices Laura Linney y Natascha McElhone, ahora popular por su papel de Karen en la serie Californication.
La
telerrealidad
Desde los orígenes de
la televisión su producción y consumo fueron guiados por una serie de parámetros
que cambiaron a partir de los años 80. A finales de los 90 aparece
en Holanda un nuevo género televisivo llamado reality-show. Este nuevo modelo
de programa goza pronto de popularidad y se extiende por todo el
mundo. El reality-show aporta un formato híbrido donde hechos y sujetos quedan
unidos a merced de las reglas del concurso, acabando con la intimidad del individuo y siendo expuestos
voluntariamente a las críticas de los televidentes. Mediante la hipérbole de
sus actos el ciudadano de a pie, cuanto más vulgar y escandaloso, es elevado a
la categoría de héroe. Es el nacimiento de la televisión basura. Curiosamente la llegada
del primer Big Brother llegó en 1999, un año
después de que se estrenase esta película.
Peter Weir parecía
pronosticar la situación que se avecinaba, aventurándose a retratar en El Show de Truman
una mordaz crítica a los medios. Para ello,
muestra a un público totalmente “enganchado” a la televisión, adictos al programa, que parecen no tener vida más allá de él. La gente lo
sigue en su casa, en los bares, se hacen con el merchandising… Por
otro lado, Weir ironiza sobre la técnica televisiva, sus tipos de plano, sus personajes y tramas o la manera de introducir el product placement.
Para crear el mundo televisivo de
Truman, Weir le da al programa un aire de los años 50, tanto en los decorados de la
ciudad como en el vestuario de los personajes. El mundo de Truman parece así
una de esas series americanas de los 50, donde todo es perfecto y todo el mundo es feliz.
Ficha
técnica y artística
The
Truman Show
Director: PeterWeir
Guión: Andrew Niccol
Música: Burkhard
Dallwitz
Fotografía: Peter Bizou
Reparto: Jim Carrey, Ed Harris, Laura Linney, Noah
Emmerich, Natascha McElhome, Paul Giamatti.
Nacionalidad: Eestados
Unidos
Año: 1998
Duración: 103 minutos
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