miércoles, 6 de marzo de 2013

TRILOGÍA POLTERGEIST



La palabra poltergeist es de origen alemán y significa algo así como “hacer ruido”. El término se puso de moda en 1982 gracias a la ya mítica película Poltergeist. Tobe Hooper dirige y Steven Spielberg produce. El filme fue un tremendo éxito en su día y, tras ella, vinieron dos secuelas y una serie de tragedias que cayeron sobre los actores.

Poletergeist: fenómenos extraños 

Los Freeling son una típica familia americana de clase media que se traslada a vivir a una casa de un tranquilo barrio. Sin embargo en la casa pronto empiezan a suceder una serie de fenómenos extraños que culminan con la desaparición de la hija pequeña, Carol Anne, a causa de unos espíritus que aparecen a través de la televisión. En realidad, el barrio está edificado sobre un antiguo cementerio.

La idea original es de Steven Spielberg, que además produce y escribe el guión junto con Michael Grais y Mark Victor. En un principio el mismo Spielberg iba a ser el director de la cinta. Tras terminar en el año 1981 En busca del arca perdida, el director de Ohio se encontraba desarrollando dos proyectos de manera simultánea: Poltergeist y E.T., el extraterrestre. Como legalmente no podía dirigir dos proyectos a la vez, Spielberg dejó la dirección de la película en manos de Tobe Hooper, responsable de La matanza de Texas. El resultado final es una muy buena película que recoge los miedos y obsesiones infantiles de Spielberg, como los payados o las ramas de los árboles que se ven desde la ventana. La película ha sabido resistir el paso de los años y es que hoy día aún hay escenas que continúan provocando terror, como los esqueletos de la piscina o la mítica frase de Carol Anne: “Ya están aquí…”.

Las secuelas: Poltergeist II y Poltergeist III

Ya sin Spielberg ni Hooper, se rodaron dos entregas más. En 1986 se estrena Poltergeist II. El otro lado. La película se ambienta algún tiempo después de los hechos narrados en el primer filme. La familia Freeling se ha mudado e intenta recuperar su vida. Sin embargo, la pequeña Carol Anne aún tiene poderes extrasensoriales. Es en ese momento cuando entra en escena el perverso reverendo Kane. La tercera película, Poltergeist III, se estrena en 1988 y sólo mantiene del reparto original a Heather O´Rourke. Los padres de Carol Anne  la envían a Chicago para vivir con sus tíos y así alejarla del reverendo Kane. Sin embargo el mal tomará el control del enorme edificio donde vive, y allí se producirá una nueva oleada de fenómenos extraños. Ninguna de las dos continuaciones se acerca en lo más mínimo a la original, siendo ambos filmes lentos, aburridos y predecibles. Una verdadera lástima.

La maldición de Poltergeist

Que al reparto de Poltegeist le hubiesen hechado una maldición fue un rumor absurdo que circuló durante años. Lo que no quiere decir que los actores no hayan sufrido una terrible mala suerte. Will Sampson  y Julian Beck (que interpretaron respectivamente al indio Taylor y al reverendo Henry Kane en Poltergeist II. El otro lado) murieron poco después del rodaje de la película. Pero lo más sonado son las muertes de Dominique Dunne y Heather O´Rourke.

Dominique Dunne dio vida a Dana, la hija mayor de los Freeling. En 1982, poco después del rodaje de la primera película de Poltergeist, Dunne había conseguido el papel de Robin para la serie V. Una noche se encontraba en su casa preparando el papel junto a su compañero de reparto David Packer. Fue entonces cuando apareció su ex novio, John Thomas Sweeney, y la estranguló hasta asfixiarla. Estuvo en coma durante cinco días hasta que finalmente la desconectaron de la máquina. Dominique Dunne tenía 22 años en el momento de su muerte. Tras un juicio de vergüenza el asesino cumplió solo dos años y medio de prisión y cambió su nombre para que nadie pudiese volver a localizarle. Sus escenas rodadas para V tuvieron que volver a grabarse, siendo sustituida por la actriz Blair Tefkin. 


Por otro lado Heather O´Rourke, la niña que interpretó a Carol Anne en las tres entregas de la serie, murió de estenosis intestinal a los 12 años. Parte de la culpa recae en un gran número de negligencias médicas a la hora de diagnosticar su enfermedad que, de haberse evitado, podrían haber salvado la vida de la niña. Curiosamente las dos actrices reposan sus restos en el cementerio Westwood de los Angeles. 

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