Cuando
lo comercial y lo personal se dan la mano
1993 es uno de los
mejores años, profesionalmente hablando, de la carrera de Steven Spielberg. Estrena
dos películas notablemente diferentes. Una es Jurassic Park, y la otra, La
lista de Schindler. Basado en la historia de Michael Crichton y con guión
de David Koepp, Parque Jurásico
reventó las taquillas de todo el mundo volviendo a conseguir que una película
de Spielberg se convierta en el filme más taquillero de la historia, además de poner de moda la fiebre por los dinosaurios. Los efectos especiales de la película unen tanto animación
generada por ordenador como dinosaurios mecánicos. La mezcla es tan buena que
incluso hoy día, con la cantidad de avances tecnológicos que hay, siguen
pareciendo reales.
Por otro lado, La lista de Schindler se convertiría en
la película que le abrió al director de Ohio el
camino hacia los Oscar. Inspirado en la novela de Thomas Keneally El arca de Schindler(1982), Spielberg se
interesó en adaptarlo al cine desde el momento de su publicación. El rodaje se fue retrasando hasta llegar
a marzo de 1993. Estos años dan a Spielberg la madurez suficiente como director
para llevar la película a buen puerto. Su fotografía en blanco y negro, su
estilo documental con cámara al hombro y, sobre todo, la dura historia del
Holocausto marcan a la película que le daría el aplauso de los académicos: 7
premios Oscar incluyendo los de Mejor película y Mejor director. Spielberg
queda tan marcado tras hacer el filme, que poco después crea la Fundación de
Historia Visual de los Supervivientes de Shoah, que recoge grabaciones de los
supervivientes del holocausto judío.
En 1998, Spielberg
consigue otro Oscar a la Mejor dirección por una película que vuelve a
enmarcarse en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Salvar al soldado Ryan es quizá el filme bélico más crudo y
realista que se haya rodado jamás. Tomando como punto de partida el histórico
desembarco en Normandía, la película narra la historia de cómo ocho hombres
arriesgan sus vidas por salvar la de otro, siendo su objetivo realizar una buena acción
dentro del horror de la guerra.
En los años siguientes,
el autor de La lista de Schindler
realiza proyectos muy diferentes: ciencia ficción en clave de melodrama (I.A. Inteligencia Artificial), ciencia
ficción de cine negro (Minority report),
e incluso una ciencia ficción más catastrófica y oscura (La guerra de los mundos).
El drama con tintes cómicos (Atrápame si
puedes y La terminal) y el drama
más serio (War horse. Caballo de batalla)
no hacen más que reafirmar el talento narrativo del cineasta. Con Munich realiza un filme sucio y oscuro,
protagonizado por antihéroes muy en la línea de las películas de los 70. Sin
embargo, tampoco deja atrás sus orígenes con su primera película de animación Las aventuras de Tintín. El secreto del
Unicornio.
Gran parte del éxito de
Spielberg radica en el sólido equipo que a lo largo de los años ha ido
desarrollando. Nada sería lo mismo sin la música de John Williams, la
fotografía de Janusz Kaminski o el montaje de Michael Khan. A todo ello se une
su trabajo como productor en filmes de éxito como Gremlins, Poltergeist o Regreso al futuro. Steven Spielberg
consigue además desmarcarse de sus colegas del Nuevo Hollywood de los 70.
Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o Brian de Palma, renovaron el cine junto
con Spielberg. Sin embargo, es el chico de Ohio el único que hoy día tiene
poder suficiente para hacer la película que quiere, además de conseguir que el
público acuda en masa a verla en las salas de cine. No en vano, le apodan el “Rey
Midas de Hollywood”. Cerramos el espacio dedicado a Spielberg con el momento en que recibe el Oscar a la mejor dirección por La lista de Schindler.
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