lunes, 30 de julio de 2018

THE WALKING DEAD (TEMPORADA 7)



Localizaciones cada vez más parecidas entre sí, escenas plagiadas de Bienvenidos a Zombieland, ciervos hechos con CGI e incontables capítulos de relleno. Esas son las claves de esta terrible temporada.

¿De qué va?

Rick y su grupo son derrotados por Negan, que asesina a Glenn y Abraham con su bate Lucille. Ahora, Rick tendrá que unir a las diferentes comunidades sometidas por los Salvadores en un único ejército que sea capaz de hacerles frente.

La séptima temporada

Negan… lo peor que pudo pasarle a The Walking Dead (aparte de Scott Gimple, claro). La sexta temporada acababa con un cliffhanger bastante tramposo, que nos dejaba sin saber a quién había asesinado Negan con su bate. Durante meses los responsables de la serie jugaron al despiste diciendo que podían ser fieles a lo que sucede en el cómic o hacer algo totalmente diferente. ¿Y qué es lo que ocurre en el cómic? Pues que Negan le revienta la cabeza a Glenn. Este momento marca un antes y un después en las viñetas de Robert Kirman y supone el inicio de la guerra entre Alexandria y los Salvadores. 

Sin embargo en la serie de televisión Gimple volvió a usar uno de sus trucos de guionista barato: una doble muerte. Negan mata a Abraham (que en los cómics ya había muerto en este punto de la historia), lo que suponía un respiro ante la idea de perder a uno de los pocos personajes que llevaba en la serie desde el principio. Sin embargo poco después Negan asesina también a Glenn (de una forma excesivamente violenta) para crear un efecto de sorpresa en el público. Esta tramposa decisión conlleva además la destrucción del personaje de Negan, que de un plumazo se ve desdibujado. Mientras que en el cómic Negan es bastante complejo y tiene un particular sentido de la justicia, con este giro de guión de la serie el personaje queda reducido a un tío con un bate que no para de soltar tacos.

Otro de los enormes fallos de esta temporada es el desarrollo de los personajes, o mejor dicho el nulo desarrollo de éstos. Vemos el enésimo cambio en la personalidad de Rick, que tras la muerte de Glenn se convierte en un cobarde que no se atreve a enfrentarse a Negan. El resto de personajes veteranos apenas evoluciona (salvo Rosita y Sasha) y los nuevos resultan insoportables: ni Ezequiel, ni Simon ni el propio Negan terminan de funcionar. Y aquí viene otro de los problemas: los episodios monográficos. El ritmo de la serie se ralentiza aún más con episodios dedicados a personajes que a nadie le importan un pimiento y que no aportan nada a la historia principal. 

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