Hoy dedicamos un
espacio al cine de gánsteres a través de la mítica trilogía de El Padrino. El Nuevo Hollywood de los 70
encabezado por Francis Ford Coppola y su Padrino
abrían las puertas a directores como Steven Spielberg, Martin Scorsese, George
Lucas o Brian de Palma, y actores como Al Pacino y Robert De Niro obtenían sus
primeras grandes oportunidades. Así que siéntate, toma una naranja y comienza a
leer. Es una oferta que no podrás rechazar.
EL
PADRINO (1972)
El
Padrino narra la violenta historia de los Corleone, una
familia siciliana que lucha por mantener su poder en la América de los años 40.
El crimen organizado, los engaños y la corrupción envuelven los negocios de la
familia. Vito Corleone, apodado Padrino, es el patriarca de la familia. Sin
embargo cuando intentan asesinarle por no querer entrar en el negocio de las
drogas, sus hijos toman las riendas de la familia.
El
Padrino es originalmente una novela de Mario Puzo publicada
en 1969. Los estudios de la Paramount tenían los derechos para su adaptación
cinematográfica y contrataron a un joven desconocido (y por tanto barato) Francis
Ford Coppola para que la dirigiese. Por aquel entonces el director
italoamericano había realizado algunas películas de serie B para Roger Corman y
había ganado un Oscar por la co-escritura del guión de Patton junto a Edmund H. North. En principio El Padrino iba a ser una película
modesta, con un presupuesto de 2,5 millones de dólares y un guion ya escrito
por el propio Mario Puzo, que situaba la acción en los años 70. Sin embargo
pronto comenzaron los desacuerdos entre el estudio y Coppola. El director
quería volver a la época original en la que se desarrollaba la novela, durante
la segunda mitad de los años 40. Eliminó las tramas secundarias y se centró en
la relación entre el Don y sus hijos. Para ello construyó un nuevo guión junto
a Puzo.
La elección del reparto
tampoco fue tarea fácil. En primer lugar el estudio se oponía a que Marlon
Brando interpretase a Vito Corleone. Por otro lado, querían a alguien como
Robert Redford o Ryan O´Neal para interpretar a su hijo Michael Corleone, así
que la elección de Al Pacino tampoco les convencía. El resto del reparto se
completa con James Caan (Sonny Corleone), Diane Keaton (Kay), Robert Duvall
(Tom Hagen) y John Cazale (Fredo Corleone).
Con un presupuesto de
6,5 millones de dólares y 62 días de grabación, el rodaje supuso un auténtico
calvario para Coppola, quien constantemente era amenazado con ser despedido.
¿El resultado final? Un impresionante éxito de crítica y público que recaudó
casi 270 millones de dólares en todo el mundo y que obtuvo tres premios Oscar
en las categorías de Mejor Película, Mejor Guión Adaptado (Francis Ford Coppola
y Mario Puzo) y Mejor Actor (Marlon Brando). Hoy día se considera una de las mejores
películas de la historia según el Instituto Americano de Cine.
EL
PADRINO II (1974)
Tras el éxito de la
primera entrega, Paramount Pictures quería realizar la secuela. Sin embargo
Coppola no estaba demasiado interesado en revivir las malas experiencias del
rodaje anterior, así que aceptó encargarse de la producción a cambio de que la
dirigiese su amigo Martin Scorsese. No obstante los ejecutivos de la Paramount
insistieron en que la dirigiese él. Coppola aceptó a cambio de tener el control
absoluto de la película. Y así fue. Con un presupuesto y tiempo de rodaje que
doblaban a los de la primera entrega, el director se sumió en un rodaje
agradable y sin contratiempos. La historia de El Padrino II tiene dos tramas
independientes. Por un lado se narra la historia del joven Vito Corleone, sus comienzos
humildes en Sicilia y su ascenso en el poder en las calles de Nueva York. Por
otro lado está la historia de su hijo Michael como nuevo Padrino y su intención
de alcanzar el poder en las más altas esferas políticas de América. Sin
embargo, un nuevo complot amenaza la vida de Michael y su familia.
Fueron dos elementos
los que hicieron que finalmente Coppola se decantase para rodar el film. Por un
lado esa compleja estructura narrativa que cuenta simultáneamente la historia
de dos generaciones de una familia, una idea que llevaba tiempo rondándole por
la cabeza. De este modo, la película es secuela y precuela al mismo tiempo. La
otra razón era Robert De Niro. Algo en el interior de Coppola le decía que era
el único actor que podría hacer el papel del joven Vito Corleone. ¡Y menuda
interpretación! Sin llegar a copiar a Brando, De Niro incorpora sutiles gestos
de éste a su interpretación, desarrollándolos poco a poco a medida que éste se
va transformado en el Vito Corleone de la primera película. En la historia del
presente, tenemos a un Al Pacino que sigue desarrollando su personaje. Un
torrente de rabia interpretativa en la que es sin duda una de sus mejores interpretaciones.
Si en la primera película Michael era una persona que renegaba de los negocios
de la familia y acaba convirtiéndose en todo aquello que detesta, en esta segunda
entrega su ambición va aún más allá. Alcanzar el máximo poder político le
costará la desintegración de su propia vida familiar.
El guión volvió a
correr a cargo de Mario Puzo y Francis Ford Coppola, Nino Rota se encargó de
nuevo de la música, Gordon Willis hizo lo propio con la fotografía y además
volvió el resto del reparto principal (Robert Duvall, Diane Keaton, John
Cazale…). Eso es en cierto sentido una muestra de lo que es para Coppola un
rodaje: rodearse de su familia y amigos en la medida de lo posible. No podemos
olvidar que su padre Carmine Coppola se ocupa de la co-escritura música del
film y que su hermana Talia Shire (sí, la esposa de Rocky Balboa) interpreta Connie
Corleone.
Elogiada de nuevo por
crítica y público, El Padrino II se convirtió
en una de las mejores continuaciones jamás rodadas. Seis Oscar se llevó en 1974:
Mejor película, Mejor director (Francis Ford Coppola), Mejor actor de reparto
(Robert De Niro), Mejor guión adaptado (Francis Ford Coppola y Mario Puzo),
Mejor música (Carmine Coppola y Nino Rota) y Mejor dirección artística.
EL
PADRINO III (1990)
Una de las condiciones
que Coppola puso en 1974 para dirigir la secuela fue que la película se
titulase El Padrino II. En aquella
época cuando se rodaba una secuela se le ponía un título diferente, así que no
existía la costumbre de hoy día de poner un númerp tras el título. En un
principio Paramount se negó, pero acabó accediendo. Sin embargo, cuando Coppola
estaba preparando la tercera entrega en 1990, quiso titularla La muerte de Michael Corleone. Y aquí el
estudio sí que se impuso sobre el realizador, titulando el film El Padrino III. Esta anécdota refleja el
poder que Coppola había perdido en este periodo. Durante años Coppola se
negó a rodar una tercera entrega, sin embargo tras varios fracasos en taquilla durante
los 80 y una serie de deudas que Coppola había contraído de sus negocios,
hicieron que aceptase rodar una nueva entrega. Es decir, que más que las
inquietudes artísticas lo que le movió fue el dinero.
En El Padrino III la acción se sitúa en 1979, donde la familia
Corleone ha ascendido a una importante posición socila. Sin embargo el Michael
Corleone frío, calculador y vengativo que conocíamos ya no existe como tal.
Ahora es un hombre de 60 años arrepentido de sus crímenes del pasado, que le da
más importancia a redimir sus acciones y reconciliarse con su familia que a ocuparse
de sus negocios. Para encargarse de éstos prepara a su sucesor Vincent Mancini
(Andy García), el hijo bastardo de su hermano Sonny.
Sin ser mala, esta
película es desde luego la más floja de la saga. Coppola y Puzo compusieron un
guión que el público no acabó de aceptar, con un Michael Corleone anciano,
cansado de vivir y sin la astucia de antaño. Tampoco estuvo exento de polémica el
tratamiento de la corrupción del Vaticano, la ausencia de Robert Duvall en el
reparto (aparentemente por cuestiones monetarias) y la actuación de su hija
Sofia Coppola en el papel de Mary Corleone. En un principio este personaje iba
a ser interpretado por Wynona Rider, pero por motivos de salud abandonó el
proyecto en el último momento.
Durante años se estuvo
especulando sobre una cuarta entrega que tendría una estructura similar de El Padrino II. Por un lado seguiría la
historia de Sonny y el ascenso de los Corleone en la Nueva York de los años 30.
La otra parte se centraría en su hijo Vincent como nuevo Don y su relación con
el narcotráfico colombiano, que culminaría con la caída definitiva de los
Corleone. Sin embargo la muerte de Mario Puzo en 1999 con tan solo elaborada la
parte la historia de Nueva York, y el poco interés que Coppola tenía en el
proyecto acabaron por cerrar la saga para siempre.
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